Los chaparrales de Cerceda
Lugar estacionamiento: Campo de fútbol de Cerceda
Esta sencilla ruta nos permitirá descubrir algunos de los valores geológicos del municipio, ya que atravesaremos zonas con diferentes tipos de rocas, podremos visitar un antiguo horno de cal y el lugar donde, durante los siglos XVII o XVIII se extrajo mineral de plata.
La ruta de Los Chaparrales de Cerceda tiene un trazado circular de fácil recorrido con un par de ramales opcionales que nos permitirán acercarnos a un antiguo horno de cal y a la entrada de la mina de plata.
Una vez aparques el coche, dirígete hacia el río, donde verás las indicaciones con la que se nombra esta ruta: SL04.
El municipio de El Boalo, Cerceda y Mataelpino está enclavado en un área de rocas graníticas. Esta ruta tiene la particularidad de atravesar las únicas zonas en las que aparecen rocas metamórficas (gneis) y sedimentarias (margas y dolomías principalmente).
La franja de dolomías y margas se encuentra al otro lado del puente de Madrid, en dirección al horno de cal, acompañando al Río Samburiel.
El Monte de El Chaparral se asienta sobre rocas metamórficas como el gneis. En el entorno de la mina, aunque ya no vamos a encontrar plata, es fácil ver rocas de gneis con restos de minerales como pirita (color plateado), cobre (color verde) o sulfuros y óxidos de hierro (colores amarillo y anaranjado).
La mayor parte del recorrido transcurre rodeando el monte del Chaparral cubierto por un denso bosque de encina (Quercusilex), también llamada chaparra cuando tiene porte arbustivo. Asociados a la encina aparecen pies de enebro (Juniperusoxicedrus) y arbustos como la jara (Cistusladanifer) o el cantueso (Lavandulastoechas). Sobre las margas y dolomías se pueden encontrar algunos ejemplares de quejigo (Quercusfaginea) y en las zonas más frescas y húmedas aparecen fresnos (Fraxinus angustifolia). Toda la zona es muy frecuentada por jabalís (Sus scrofa) y corzos (Capreoluscapreolus). Además algunas de las fincas tienen también un uso ganadero.
La mina de plata: la búsqueda de minerales preciosos ha dejado su huella en numerosos lugares de la Sierra de Guadarrama. Desde mediados del siglo XVI, en tiempos de Felipe II, se empezaron a explotar distintas minas de plata en la región.
Según los datos disponibles, de esta mina se extrajo plata durante el siglo XVII o XVIII. La gruta que quedó al finalizar la explotación tiene unas dimensiones de 17 metros de largo y alrededor de 1,80 m. de alto. Ésta ha sido conocida y usada durante muchos años, por ejemplo, ya durante el siglo XX se utilizó por los pastores de la zona para conservar la leche.
El horno de cal: este horno se construyó en el siglo XVI para abastecer de cal a la construcción del Monasterio de El Escorial. En él se cocía caliza procedente de la cercana “gruta de la calera”.
Durante mucho tiempo la cal fue un material indispensable para la construcción ya que se usaba como mortero antes de la aparición del cemento. El proceso de cocción de la cal era complejo y delicado. Podía durar una o dos semanas y durante ese tiempo era necesario hacer turnos las 24 horas del día para vigilar la hornada y alimentar el fuego.